¡Viva el cine Disney!
Si es en forma de musical pues mucho mejor. Ese mundo perfecto donde todo el mundo se quiere, no hay prácticamente nada malo y el único problema es si nos va a dar tiempo a cantar, jugar al baloncesto y ganar un campeonato de "empollones". Un montón de chicos que juegan al baloncesto sin venir a cuento bailan de manera profesional para que en la siguiente escena los mismos que hace un momento bailaban hablen mal de los musicales. El conservadurismo Disney llega hasta límites donde no vemos ni un beso entre los protagonistas, y hasta los "malos" nos tienen que caer bien con ese "buen rollito" de escena final donde todo el mundo se quiere y hace gestos de "¡eh! sin rencores, ¿ok?". Sólo falta Mickey y Minnie Mouse paseándose por allí tirando fuegos artificiales al son de la música en este país de la felicidad dentro de una casa de gominola en la calle de la piruleta.
Lo peor de todo sin duda es que voy a tener que ver la segunda parte.
Si es en forma de musical pues mucho mejor. Ese mundo perfecto donde todo el mundo se quiere, no hay prácticamente nada malo y el único problema es si nos va a dar tiempo a cantar, jugar al baloncesto y ganar un campeonato de "empollones". Un montón de chicos que juegan al baloncesto sin venir a cuento bailan de manera profesional para que en la siguiente escena los mismos que hace un momento bailaban hablen mal de los musicales. El conservadurismo Disney llega hasta límites donde no vemos ni un beso entre los protagonistas, y hasta los "malos" nos tienen que caer bien con ese "buen rollito" de escena final donde todo el mundo se quiere y hace gestos de "¡eh! sin rencores, ¿ok?". Sólo falta Mickey y Minnie Mouse paseándose por allí tirando fuegos artificiales al son de la música en este país de la felicidad dentro de una casa de gominola en la calle de la piruleta.
Lo peor de todo sin duda es que voy a tener que ver la segunda parte.
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