Si alguna vez me convierto en un chico malo y acabo en la cárcel por un delito que no cometí este sería el perfecto grupo de amistades que todo preso en mi situación quisiera tener:
2. Oficial Louis Burke: Como presos peligrosos que seríamos, nuestra cárcel no será una cárcel normal sino una de alta seguridad donde los peores criminales estuvieran encerrados, deseosos de vengar su mala fortuna o saciar su sed de sangre. Aquí es donde entra en juego el papel de Louis Burke sería el encargado de la seguridad de todo miembro de este selecto grupo. Además de emplear su posición de policía para aumentar el éxito de la fuga, una vez fuera.
3. John Coffey: Como es difícil estar alerta las 24h y vigilar las “espaldas” de todo los miembros he creído conveniente convocar al pequeño señor Coffey, su misión: apoyar a Burke, aplicar los correctivos convenientes y en caso de fracaso curar todas nuestras heridas.
4. Frank Morris: El segundo en la cadena de mando y encargado de la logística. Su experiencia en fugas de las cárceles más seguras de los Estados Unidos de América, hace que su ayuda sea indispensable. Es un experto en la improvisación y en idear planes perfectos en las condiciones más duras.
5. Luis Fernández: Y si nuestra existencia dependiera de un partido de fútbol sala, y si nos dieran la libertad en caso de ganar un campeonato entre reclusos y guardias, ya sean estos gordos uniformados con rifles lanza bolas de goma o nazis con ganas de machacar a unos cuantos reclusos. Aquí es donde entra en juego Luisito, él sería ese as en la manga que nos daría las llaves de la libertad.
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